En uno de nuestros largos paseos por Puerto Vallarta (nuestro lugar favorito), mi hijastra Samara me sorprende diciendo que está muy cachonda. Yo ya tenía la verga dura al verla en bikini y ella se encarga de pajearme mientras yo manejo el auto. Samara se mete mi dura verga en la boca y nos dedicamos a buscar un lugar donde poder coger sin ser molestados. Llegamos a la playa y al fin pudimos coger salvajemente, mientras las olas van y vienen sin cesar.