Mi padrastro me convirtió en su puta barata y eso a mí me encanta! Él me trata como a un objeto, sin contemplaciones y satisface sus más bajos instintos con mi cuerpo. Esta vez, él me llevó de paseo y al costado de la ruta él me pidió que le haga una mamada. El lugar no era nada glamoroso, pero la sordidez de la situación me puso muy cachonda!