Escuchar los sonidos de las propinas hace que la curiosidad de Daniel lo lleve a espiar a su vecina tetona Erika. Ella es una morocha exhuberante que lo vuelve loco. La sorpresa de Daniel al espiarla y descubrir que ella es webcammer lo deja sin palabras y mucho más al ser atrapado espiándola. Ella lo tranquiliza y lo invita a su habitación, donde le pide ayuda para satisfacer los pedidos eróticos de un usuario que quiere verla coger. Daniel no se resiste mucho y disfruta de las excelsas habilidades de Erika, que también disfruta de la enome verga de Daniel!