Mi hijastro irrumpe en el jacuzzi mientras yo me relajo un rato. Al principio me molesta su interrupción de mi momento a solas, pero cuando él me dice que tiene un problema, él consigue captar toda mi atención. El muy sinvergüenza me pide dinero para pagarle a una prostituta! Yo siempre he sido muy cachonda e imaginar a mi hijastro con la verga dura hizo que se me moje el coño instantaneamente! Sin dudarlo, le ofrezco ser su puta personal, y él acepta gustoso. Hacía mucho tiempo que no me cogían tan duro, con nalgadas y besos ardientes para luego bañarme con abundante esperma!